miércoles, 21 de marzo de 2012

El origen del miedo.

La amígdala es una región ubicada a gran profundidad en el cerebro. Esta estructura cerebral con forma de almendra y del tamaño de un cacahuete, es conocida por activarse de manera intensa cuando la persona siente miedo. Muchos experimentos lo demuestran. Sin embargo, también se activa en otras ocasiones, como por ejemplo en respuesta a fotografías agradables y rostros felices.

La amígdala, por tanto, no se ocupa exclusivamente de procesar el miedo, ni resulta muy acertado referirse a ella como "el centro del miedo".

El error es el resultado de cómo inicialmente los científicos llegaron hasta la amígdala al estudiar el cerebro. Muchos investigadores llegaron hasta ella estudiando el miedo. El miedo es una emoción importante para estudiar, ya que ha resultado vital a lo largo de la evolución. Casi cualquier estudio del miedo encuentra activa a la amígdala. Pero eso no significa que cada instante de actividad en la amígdala implique que la persona siente miedo.

En realidad, la amígdala parece hacer algo más sutil: procesar eventos que están relacionados con lo que más le interesa a la persona en ese momento. Así que si se está en una situación atemorizante o se tiene una personalidad aprensiva, una imagen aterradora sí puede activar a la amígdala. Sin embargo, en las personas que sienten hambre, la actividad de la amígdala aumenta en respuesta a imágenes de alimentos, y en las personas que son muy empáticas la amígdala se activa por ejemplo al ver a otras personas.

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